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Cristóbal de Morales
Introitus
El Officium Defunctorum, o requiem, de Morales constituye una de sus obras
maestras. Está dividido en varias secciones y todas están basadas en una melodía
gregoriana muy antigua. Esta melodía se hace patente en ocasiones encomendada
siempre a la voz de soprano.
Requiem aeterman dona eis Domine et lux perpetua luceat eis. Te decet hymnus Deus in Sion, et tibi reddetur votum in Jerusalem: exaudi orationem meam, ad te omnis caro veniet. Requiem aeterman dona eis Domine et lux perpetua luceat eis.
(4 Esdr. 2:34-35; Sal. 64(65):1-2)
Dales, Señor, el descanso eterno,
y brille ante sus ojos la luz perpetua.
Te cantarán himnos, Dios, en Sión
y se te ofrecerán votos en Jerusalén.
Escucha mi oración,
Tú a quien todos iremos.
Dales, Señor, el descanso eterno,
y brille ante sus ojos la luz perpetua.
Kyrie
Esta es una de las pocas partes de la liturgia católica que se conservó en griego en
lugar de latín, el idioma oficial de la Iglesia Católica. Está dividido en tres partes
claramente diferenciadas.
Kyrie eleison. Christe eleison. Kyrie eleison.
Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Secuencia
La secuencia gregoriana de difuntos es una melodía muy conocida que ha servido
de inspiración a compositores posteriores como Mozart, Verdi o Dvorak. Está
escrita en el llamado “modo segundo”, que se corresponde con el sentimiento de
tristeza. Morales pone música sólo a los versos finales. De la extensa secuencia
gregoriana se interpretará sólo el fragmento inicial.
Dies iræ, dies illa, Solvet sæclum in favilla, Teste David cum Sibylla! Quantus tremor est futurus, quando judex est venturus, cuncta stricte discussurus! Tuba mirum spargens sonum per sepulcra regionum, coget omnes ante thronum. Mors stupebit et Natura, cum resurget creatura, judicanti responsura. Pie Jesu Domine, dona eis requiem. Amen.
Día de la ira; día aquel
en que los siglos se reduzcan a cenizas;
como testigos el rey David y la Sibila.
¡Cuánto terror habrá en el futuro
cuando el juez haya de venir
a juzgar todo estrictamente!
La trompeta, esparciendo un sonido admirable
por los sepulcros de todos los reinos
reunirá a todos los hombres ante el trono.
La muerte y la Naturaleza se asombrarán,
cuando resucite la criatura
para que responda ante su juez.
Señor de piedad, Jesús,
concédeles el descanso.
Amen.
Sanctus – Benedictus
El Sanctus y Benedictus son partes del ordinario de la misa que se interpretan
siempre sin solución de continuidad. El benedictus tiene un carácter más
meditativo, en claro contraste con las exclamaciones “hosanna”.
Sanctus, Sanctus, Sanctus Dominus, Dominus Deus Sabaoth. Pleni sunt coeli et terra gloria tua. Hosanna in excelsis. Benedictus qui venit in nomine Domini Hosanna in excelsis.
Santo, Santo, Santo es el Señor,
Señor Dios de los ejércitos.
Llenos están los cielos y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor
Hosanna en el cielo
Agnus Dei
El texto del “Agnus Dei” en las misas de difuntos es ligeramente diferente al del
ordinario de la misa. En ambos casos se repite tres veces.
Agnus Dei qui tollis peccata mundi, dona eis requiem sempiternam.
Cordero de Dios
Que quitas el pecado del mundo,
dales el descanso eterno.
Communio
Morales cierra su obra maestra con una pieza de carácter imitativo, un poco más
alegre que las demás. Se puede escuchar claramente el motivo “cum sanctis tuis”
repetido secuencialmente por todas las voces.
Lux aeterna luceat eis, Domine . Cum sanctis tuis in aeternum, quia pius es. Requiem aeterman dona eis Domine et lux perpetua luceat eis cum sanctis tuis in aeternum, quia pius es.
Brille la luz perpetua ante ellos,
junto a los Santos y para toda la eternidad,
por tu misericordia.
Dales, Señor, el descanso eterno,
y brille ante sus ojos la luz perpetua
junto a los Santos y para toda la eternidad,
por tu misericordia.
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